lunes, 22 de julio de 2013

Asturias: Julio 2013 - 2ª parte "Gulpiyuri y Playa de la Huelga"

Son las 9 de la mañana, el despertador nos arranca definitivamente de los brazos de Morfeo, tenemos mucho que hacer.  Para comenzar un largo desayuno en nuestra mesa favorita del área recreativa de las Agüeras.  El almuerzo incluye café con leche en polvo y tostadas con mantequilla y mermelada.  La señorita Pepis tomará lo de siempre que no pueda evitarlo. El tema de conversación: Hacia donde encaminar nuestros pasos.  El tiempo nublado pretende ser un factor de decisión.

El señor Isidro, con el que coincidimos en la fuente, influye:  "Va a hacer un buen día".  Gema y yo miramos al cielo y luego nos sonreímos:  El día amenaza lluvia, pero don Isidro quiere que levantemos el vuelo.   Es tan sutil la formula empleada, que nos parece hasta tierna.  Me sigo encontrando sin fuerzas para alternativas más físicas y quiero repetir visita a Gulpiyuri.  Gema menciona que nos separan casi 100 Km.  pero el espacio-tiempo ha cobrado otra dimensión y nos ponemos en marcha.

Durante el trayecto, a veces chispea (orbaya) y nos animamos pensando que quizás dispongamos de Gulpiyuri para nosotros solos.  Casi acertamos.  Solo nos acompaña una pareja joven que nos mira con el mismo pensamiento receloso que nosotros les dedicamos: "Qué bien si os hubierais quedado en vuestra casa

La marea está baja, tan baja que casi no hay mar.  Recordemos que Gulpiyuri es una espectacular playa de interior (Sin haberla visto, visualizar el concepto no es nada fácil), hacerla una foto en estas condiciones es como ponerse en el carnet de identidad una  en la que vuelves del monte después de una semana asalvajado, con la ropa sucia  y sin ducharte... Si, eres tú, pero no hay que hacerse tanta publicidad.

Aun así disfrutamos (los tres) de un buen bocata de lomo y, a pesar del frío, nos bañamos lo que se dejaba el mar, hasta los tobillos. Jugar a "Atrapar a Pepa" es tarea suficiente para entrar en calor y liberar todas las endorfinas disponibles.

Cuando nos saciamos de Gulpiyuri nos subimos de nuevo a la furgo y recorremos por una pista llena de baches, la distancia que nos separa de una playa de ensueño: La Playa de la Huelga.

Si Gulpiyuri es mágica, la Playa de la Huelga es cum laude en belleza. Cierra los ojos. Imagina que aparcas el coche en una pradera de exultante verdor destinada a la siembra. Ahora recorres andando unos pocos metros por una pista que desemboca en un arroyo de agua totalmente cristalina que viene de un viejo molino en medio del bosque y que sale  al encuentro del mar en una franja de arena tostada.  A pocos metros de la orilla un arco de roca sirve de cobijo a las aves...  _No estás solo, tu chica te acompaña y juntos contempláis como tu perro juega con las olas.


Este lugar existe, se llama Playa de la huelga y ojalá nadie venga nunca a conocerlo.   En su defecto, si acudís, disfrutadlo y no permitáis que queden mas huellas de vuestro paso que las que dejéis efimeramente en la arena. (Perdonar que sea pesado con la no excepcionalidad de lo que gente normalmente cívica entiende como excepcionable, lo del papel higiénico o las cáscaras de las naranjas... Que no cuesta nada meterlos en una bolsa y luego tirarlos a un contendor)
 
El arroyo que desemboca en el mar es en realidad el Río San Cecilio.


El característico arco de roca se llama "Castro de las Gaviotas", mis fotos no están mal, pero si quieres ver la playa desde objetivos más profesionales visita: http://seraporfotos.blogspot.com.es/2013/03/manana-playera.html

No es nuestra mejor foto pero no me importaría repetir este momento 50 millones de veces en mi vida.
 Después de que sintieramos que era el momento de partir, partimos de vuelta a Quirós, a nuestro lugar en Las Agüeras y para encaminar nuestros pies en el tradicional paseo por Villaorille donde un pequeño hormigueo me recorre el estómago, quizás debí haber sido valiente y comprar aquella preciosa casa en ruinas. Quizás si o quizás no.  La han vendido y tampoco es motivo de tristeza, nuestro rinconcito en las Agüeras y nuestra casa rodante son privilegios suficientes que un día podemos no tener.  Carpe Diem.



Asturias: Julio 2013 - 1ª Parte "La llegada"

 Un día cualquiera, pongamos un 29 de junio, te levantas y sigues teniendo fiebre, tu nariz hinchada y enrojecida como un tomate continua chorreando mocos en el enésimo Kleenex de la semana, y sigues apostando toda tu fe a ese gran invento de la humanidad denominado Frenadol.

Ese día en el que te sientes bastante lejos de tu mejor versión, resulta que  es el primero de los únicos 12 que tienes de vacaciones en todo el año y quizás los únicos 12 días libres y remunerados de los últimos dos. Así que sin ofrecer concesiones a un cuerpo que te pide a gritos tirarse en el sillón, nos ponemos pesadamente en movimiento a golpe de un despertador menos severo de lo habitual y, un par de horas más tarde nos hallamos subidos en la furgoneta dirección al Paraiso, también denominado por algunos como simplemente "Asturias".

Escapamos de Madrid justo antes de que arrivase la ola de calor brutal que convierte los meses de julio y agosto en un, escógase entre: "Aquí no hay quien viva" o "Sálvese quien pueda"

Gema, la Pepa y yo, no echaremos de menos ni un solo segundo de estos doce días, nuestra por otra parte, también querida tierra madrileña.

Esta vez no tenemos un plan, solo tres directrices: Quiros, Picos y lo que nos apetezca al ritmo que nos plazca.  No tenemos prisa por llegar, las vacaciones son en si mismas "un viaje" que arranca desde el mismo momento en el que empiezas a meter trastos en la furgoneta y que acaban cuando los sacas.   Por una vez obviamos los atajos en forma de peajes, y nos lanzamos a la experiencia de los puertos de montaña.   Como diría el anuncio ¡...Acierto!

El Puerto de los Leones, Pajares y La Cobertoria  nos confirman que nos gusta conducir, que no nos gusta pagar por quintuplicado lo que ya se nos ha descontado en impuestos, y que hay lugares por los que merece la pena pasar.

Coronando la Cobertoria encontramos una empinada pista de tierra señalizando la ubicacion de la "Necropolis Megalítica de la Cobertoria".  Nos interesa todo lo que tenga que ver con Quirós y por si fuera poco es la hora de comerse un bocadillo, razones no nos faltan para meter primera y orientar el morro de la furgo hacia lo alto de la empinada pista.



Prau Llagüezos: Por casualidad dimos con este trozo de paraíso donde el primer domingo de julio se celebra la fiesta del cordero.  Recomiendo leer el siguiente enlace que resume la historia del refugio y de dicha fiesta, porque no tiene desperdicio: http://www.vivirasturias.com/asturias/quiros/fiesta-del-cordero-en-el-prau-llaguezos/es
 La pista termina en una pradera de cuento, el "Prau Llagüenzos", jalonada de acevos, cabañita incluida y manada de caballos Asturcones.  Por muy tarugo que seas con la fotografía, con que dispares al azar obtendras hermosas fotos y estarás viviendo un sitio encantador... únicamente somos incapaces de dar con las construcciones megalíticas.

El asturcón o pony asturiano pertenece a las razas que habitan desde antaño en los macizos montañosos que van desde la Cordillera Cantábrica a los Pirineos, al menos hay seis subtipos: el asturcón en Asturias, el garrano de Portugal, el caballo galaico en Galicia,  el losito en el norte de Burgos y Palencia, el monchito en Cantabria y la pottoka que pervive en áreas de Navarra y País Vasco.  [texto extraído de la web http://www.senderismoenasturias.es/asturcon.htm, recomiendo su lectura completa]

Nos sentamos a la sombra de un Acevo y a pesar de pincharnos varias veces el culo por sus molestas hojas disfrutamos del bocata y de la naturaleza.   De nuestro paso no quedará mas huella que el recuerdo imborrable en nuestra memoria y las fotografías tomadas, así debe ser.  Así debería de ser en cualquier caso y sin excepción (no, no vale dejar el papel higiénico ni las cáscaras de las naranjas)

 Poco a poco, y a pesar de estar griposo, empiezo a ser consciente de donde estoy y de lo que me gusta estar aquí, se que Gema no comparte al 100% esta pasión por este lugar llamado Quirós, pero al menos si cuento con su 75% y el 100% del de Pepa.   Las mentes analíticas, realistas y prácticas se meten menos ostias contra el suelo y me evitan a mi, impulsivo, pasional y a menudo irracional envestir contra molinos de viento.  Al final es una simbiosis como otra cualquiera.

Tras un emocionante regreso a la carretera y un poco más de diésel quemado, aparcamos en el parkin de Aciera. En seguida empiezan los reencuentros "Jose Antonio" en el mismo lugar de la última vez controlando el cotarro del parkin, Coqui y Carlos "El de Oviedo" en la misma mesa, con la misma jarra de cerveza y bolsa de patatas de sobre. Alberto detrás del mostrador. Sí, nos falta Araceli que se ha jubilado, pero como Quirós marca un guión con marcada tendencia a las historias agradables,  pronto salta al escenario y podemos cumplir el ritual de plantarla dos besos "uno por mejilla" que diría el gran Sabina.

Puede que a criterio de Pepa faltara algún gato... pero el recuento nunca fue demasiado oficial por lo difícil de su relación.

Mar y Manuel han tomado caminos diferentes, pero en nuestro camino siempre los dos.  En este capítulo en concreto, sólo pudimos contar con Manuel.  Él solo se bastó para destrozar los límites del concepto hospitalidad.   Hemos quedado en una deuda de amistad difícil de saldar.

Después de compartir una divertida cerveza con Coqui y Carlos a costa de las experiencias por Noruega de éste último, nos retiramos a descansar a nuestro rinconcito favorito de Las Agüeras,  donde seríamos observados con resignación por el señor Isidro, que no nos reconoció de otras veces y al que no pudimos a pesar de esforzarnos en ello, de evitar perturbar un mínimo en su cotidiana tranquilidad.
Las Agüeras es una parroquia del concejo asturiano de Quirós (España), y un lugar de dicha parroquia. Su templo parroquial está dedicado a San Vicente.
La parroquia alberga una población de 172 habitantes y ocupa una extensión de 15,89 km². [fuente: Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Las_Ag%C3%BCeras

Continuará...